viernes, 15 de junio de 2012

CONFERENCIA SOBRE LOS CANTES DE LAS MINAS

Autor Casa de Jaén | viernes, 15 de junio de 2012 | Categoria: |

Si a la voz y al toque se le añade la palabra, queda cerrado el circuito estético del flamenco. Y si en esa tríada el cante es eminente, el toque ajustado y la palabra precisa, resulta una escena flamenca de lo más sobresaliente, un lance como el que se vivió en la Casa el día 15 de junio. Anunciado como una conferencia ilustrada sobre “el cante de las minas con especial atención en la taranta de Linares”, su ejecución resultó, como era de prever, un alto y singular goce estético.

De acuerdo a lo anunciado, el cante estuvo a cargo de los linarenses, especialistas premiados, Manolo González y Paco Soto; el toque lo ejecutó en modo de acompañamiento y de solista el también linarense y galardonado guitarrista Juan Ballesteros; y gestionó y dirigió toda la función, de manera especialmente brillante, lucida y señalada, nuestro amigo y socio Rafael Lora García, que fue presentado por el también amigo y socio Juan Pérez Cubillo.

Rafael, en su conferencia, trató de precisar qué son y representan los cantes de las minas, cuál es su origen social, histórico y geográfico, con señalada alusión a “los cantes de la madrugá”; su combinación y textura musical, aspecto en el que se detuvo precisando la estructura solfista; y, para conceptualizar con minuciosidad de qué se estaba hablando, también puso sobre la mesa los equívocos que a veces acompañan la explicación de estos cantes (como el hecho de que, cuando se habla de los cantes del Levante, se está hablando del Levante de Andalucía); y aclaró hasta donde fue posible algunas de las incertidumbres que aún no están resueltas del todo. Tras la atención detallada a la taranta, incluida su vinculación a Linares y a sus minas, acabó enumerando y describiendo las características de los más significados cantes, que a continuación iban siendo cantados.

Los artistas de la voz y la guitarra auxiliaron la explicación teórica, al tiempo que supieron provocar su propio protagonismo. Es la esencia del flamenco, que, decía Manolo González, avezado artista de largo tiempo “una cosa muy grande, muy grande que flota por ahí y nadie ha conseguido captarlo en su verdadero sentido y valor”.