Vivía en Jaén don Lope de Sosa y a su personaje decidió referirse Baltasar del Alcázar para iniciar una conversación que luego resultó fallida. El caso es que estos versos (que por cierto han pasado al ámbito escolar como modelo de la figura literaria llamada “sustentación”) son una excusa perfecta para que giennenses los reciten desde Córdoba, ciudad que ha ofrecido una calle a nuestro protagonista, mientras disfrutan de un menú más o menos acorde a las exigencias poéticas.
Cada año, desde que existe la Casa, se celebra por el mes de febrero, un poco pensando en el Carnaval, una comida para recordar esta broma, que luego completamos con el “Preso de amores”. Raquel Ramírez Freg, nuestra honorífica recitadora, trovadora y juglar al tiempo, es la protagonista de la comida… (Claro que no es que seamos iconoclastas pasando a comida lo que es cena. Es simplemente una acomodación, miramiento y cortesía a la edad, a la alimentación y a los nuevos usos y costumbres gastronómicos).


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