viernes, 27 de diciembre de 2013
Vinieron de nuevo los amigos de la rondalla de Torredonjimeno, y vino con ellos su alcaldesa, y llenaron de villancicos los patios que la organización les había designado y en algunos otros, de propina. Y fueron atrayendo a cuantos viandantes asomaban por los alrededores.
Pero para nosotros la fiesta completa vino después cuando se instalaron y allí cantaron y cantaron lo que conocíamos y lo que desconocíamos: un ramillete de villancicos tosirianos, de los que se acordó su grabación porque no puede perderse esa música y esa letra, patrimonio colectivo que al fin y a la postre pertenece a la gente de Torredonjimeno. Acompañados de una copa, el maestro director se atrevió a asegurar que pocas veces se había encontrado en un ambiente tan agradable y delicioso.
