sábado, 26 de abril de 2014
Curioso el debate que algunos han producido en torno al diseño del museo taurino que al fin ha abierto sus puertas, como se dice familiarmente. Una sutil utilización de las tecnologías modernas, mediante interacciones, y una bella sobriedad museográfica son los componentes de este espléndido discurso taurino, enraizado en Córdoba. A lo que se ve, algunos nostálgicos hubieran preferido una exposición clásica y estática de piezas y elementos que han sido objeto casi de culto en otras ocasiones pero, después de muchas vueltas y revueltas, los responsables han optado por presentar un proyecto ágil y dinámico y de contenido de futuro. Así lo hemos constatado en la visita que realizamos.