martes, 15 de marzo de 2005
BÉLMEZ DE LA MORALEDA
Gran parte del término municipal de Bélmez de la Moraleda está incluido en el Parque Natural de Sierra Mágina, y a causa de su especial situación (está protegido al norte por la Sierra de la Cruz y por el Cerro del Lucero) goza de una gran riqueza de flora y fauna.
El arroyo del Gargantón es uno de los lugares más interesantes, donde aparecen importantes áreas de espino blanco o majoletos y cornetales. Desde allí se pueden observar las zonas más elevadas de Sierra Mágina, con las pedregosas rastras, que desciende hacia el valle uniéndose a los piornales y pastizales, los cuales dejan paso a los pinos autóctonos y de repoblación. Las paredes rocosas junto al Gargantón sirven de refugio a una gran cantidad de aves, como el vencejo real, la collalba negra, chova piquirroja, cernícalos…
Su Castillo fue conquistado a los musulmanes por primera vez entre 1243 y 1246, pero no lo fue definitivamente hasta 1448, pasando a incorporarse al señorío de Jódar años más tarde.
A partir de 1501 las tierras de Bélmez pertenecieron a la ciudad de Granada en pago de ciertas deudas que los Reyes tenían con ella, reservando la alcaidía del castillo al señor de Jódar. La fundación como villa data de 1524, cuando se cedieron tierras en arrendamiento a algunos labradores del lugar, también conocido entonces como cortijo de la Fuente de la Moraleda. Perteneció a la jurisdicción de Granada hasta que, a raíz de la provincialización de Javier de Burgos de 1833, fue incluida en la nueva provincia de Jaén.
Los rostros (las famosas "caras de Bélmez") que aparecen en el suelo de la casa nº 5 de la calle Rodríguez Acosta, constituyen desde 1971 una de las referencias mágicas de la comarca. El origen del hecho aún está por descubrir, pese a los numerosos estudios científicos realizados.
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