Castillo de Locubín se ubica en la Sierra Sur de Jaén, a las puertas de la Subbética, donde conviven juntos en perfecta armonía miles de olivos y cientos de cerezos. Al borde de la Sierra Ahíllos, y situado en un valle, a las orillas del Río de San Juan, Castillo alterna zonas de sierra con valles de frondosas huertas.
El nacimiento del río San Juan es un paraje de gran belleza, donde sus aguas cristalinas esparcidas en varias lagunas artificiales constituyen una excepcional zona de recreo.
En Castillo de Locubín el cerezo es un frutal emblemático, objeto de una feria y fiestas en torno a su recolección. El periodo de floración de este árbol, a partir de finales de marzo, dota de una especial belleza a los paisajes de la localidad.
Destaca la Iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, construida a finales del s. XVI y principios del s. XVII y trazada por Juan de Aranda. La portada principal es clásica, obra de Juan Roldán y la lateral, manierista, de Ginés Martínez. También destaca la Ermita de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de Martinez Montañés.