La buena literatura:

Es lo que tienen de mágicas y misteriosas las poblaciones que han albergado en su historia vidas y ritos de moros y cristianos, que acaban siendo una fuente interminable de leyendas, fantasías y relatos que unas veces sirven para adormecer a los niños, otras para asustarlos; sueños de amores para apasionados y embelesados; y también ilusiones para los que quieren salir de pobres: “La mora del cántaro”, “La mora cava” o “la bella Fátima”…
Dicen los estudiosos de la vida y milagros de Alcalá la Real que fue el XII el siglo más brillante de su historia musulmana, puede que de su historia total, cuando su población llegó a cobrar amplia autonomía política y que ello se debió en gran parte al gobernador de la fortaleza ’Abd al-Malik. Y también aseguran que esta autonomía coincidió, o causó ¡vaya usted a saber, una época muy brillante en la cultura, siendo el gran personaje alcalaíno del momento Ibn Said al-Magribí. (O Alī ibn Mūsà ibn Sa'īd al-Magribī), que nació en 1213 y al que hoy calificaríamos, entre otras cosas, como personaje que perteneció a todo el mundo por haber viajado y vivido de Túnez a Jerusalén o de Marrakech a Sevilla, en el Al-Ándalus de su tiempo. ¿Defendió también la posibilidad del amor entre hombres, anticipándose a tantas cosas?, eso parece más o menos. Historiador, geógrafo, poeta y compilador de poesía, con sus dos célebres antologías biográficas de poetas árabes de al-Ándalus y el Magreb.
En unos versos, que a algunos les pueden recordar, por ejemplo, a Omar ben Keyyam:

Mientras gimen las palomas,
alárgame el vaso lleno:
venga vino, y de mi seno.
ahuyente todo pesar.
Dicen que por causa tuya
adquiero perversa fama: .
que el mundo loco me llama.
y que se burla de mí; .
que tus amores quebrantan.
la energía de mi vida; .
que está mi hacienda perdida;
que hasta mi honra te di.
Pero yo al punto respondo
que temo más tus desdenes,
que honra, paz, salud y bienes
en un instante perder ...

EL VIENTO (en versión de Emilio García Gómez)

No hay mayor alcahuete que el viento, pues levanta los vestidos y descubre las partes ocultas del cuerpo,
y ablanda la resistencia de las ramas, haciendo que se inclinen a besar la faz de los estanques.
Por eso los amantes lo emplean como tercero que lleva mensajes a sus amigos y enamorados.

Y ¿qué nos impide soñar o creer o discutir críticamente que cuando Trotaconventos saluda a la mora de parte del Arcipreste de Hita, en su verso 1510a, con el famoso texto: «Fija, mucho os saluda uno que es de Alcalá», esta referencia sea Alcalá la Real, como sugieren algunos especialistas de la vida y la obra del “buen amor”?

Y La Mota.

 

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